marți, 16 iulie 2013

Aldo Pellegrini: La acción subversiva de la poesía (fragm.)/Aldo Pellegrini: Acțiunea subversivă a poeziei (fragm.)

Fotografie: La acción subversiva de la poesía

Por Aldo Pellegrini

Hay una fuerza en el hombre, proveniente del simple hecho de vivir, que condiciona su destino de modo fatal. Esta fuerza se vuelve visible a cada momento a través de las manifestaciones del amor, que tiende a trascender del individuo en una comunión con el todo, tiene sus propias leyes irreductibles a los esquemas racionales. La poesía aparece como expresión de ese impulso hacia el cumplimiento de un destino vital, y la fatalidad de ese destino se revela en la poesía como un hecho indiscutible. La poesía no es, por consiguiente, un lujo o un divertimiento, sino una necesidad, del mismo modo que lo es el amor. 
... Prescindir de la poesía equivaldría a renunciar a la vida.

Considerado así, lo poético no reside sólo en la palabra; es una manera de actuar, una manera de estar en el mundo y convivir con los seres y las cosas. El lenguaje poético en sus distintas formas (forma plástica, forma verbal, forma musical) no hace más que objetar de un modo comunicable, mediante los signos propios de cada lenguaje particular, esa fuerza expansiva de lo vital. Como consecuencia, el mundo poético está en todos, en la medida en que cada hombre es un ser integral. La clara consigna de Lautréamont, "La poesía debe ser hecha por todos", no tiene otro sentido. Aquel que ignora la poesía es un mutilado, tal como lo es aquel que ignora el amor.
...
Abierto el camino de la libertad por la poesía, se establece automáticamente su acción subversiva. La poesía se convierte entonces en instrumento de lucha en pro de una condición humana en consonancia con las aspiraciones totales del hombre. Ceder a la exigencia de la poesía significa romper las ataduras creadas por el mundo cerrado de lo convencional.
...
Esta función de ruptura no pasa inadvertida para quienes aspiran a una conviviencia basada en la sumisión. Tampoco pasa inadvertida la importancia, la verdadera necesidad de la poesía como factor de expresión vital. La solución contemporánea de estos dos problemas la logran los detentadores del poder domesticando a los poetas, volviéndolos inofensivos, para que ofrezcan un producto falsificado o desnaturalizado que con el título de poesía reciba los honores oficiales, las prebendas. Así se logra un alimento sustitutivo de la pasión poética, que puede designarse con el nombre de poesía "oficial" y que es la negación total de la poesía. Así se alcanza el ideal de los carceleros: lanzar a los poetas contra la poesía.
...
En el momento en que la poesía es colocada fuera de la ley aparece como consecuencia ineludible la figura del poeta repudiado: la poesía se vuelve maldita.
...
Uno de los medios indirectos de sumisión, en el que caen a menudo verdaderos poetas es el esteticismo. El arte por el arte significa siempre un arte sometido, que rehuye el peligro y busca el calor de los aplausos.

Pero esto no quiere decir que la acción subversiva de la poesía se realice mediante el tratamiento directo de los temas de subversión. No necesita por ejemplo, cantar a la libertad (palabra degradada por los falsarios de todos los colores) pues cantar a la libertad ha demostrado ser uno de los recursos de los propiciadores de la esclavitud. La libertad vive en la poesía misma, en su manera de expandirse sin trabas, en su poder explosivo. 
...
La acción subversiva se manifiesta al ofrecernos la poesía la imagen de un universo en metamorfosis en oposición al universo rígido que nos imponen las conversaciones. La imagen poética en todas sus formas actúa como desintegradora de ese mundo convencional, nos muestra su fragilidad y su artificio, lo sustituye por otro palpitante y viviente que responde al deseo del hombre. 
...
Pero indudablemente la poesía, al introducirnos en el misterio de lo real, nos descubre una vasta zona de peligro, una región inquietante y turbadora. Muchas veces lo poético toma la forma de un acto de violenta provocación y aparece como antipoético.
... Mediante lo antipoético, se retorna al punto cero, en contacto con la fuente originaria, con el fuego central.

En el proceso utilizado para domesticar a los poetas, el aplauso, el consenso elogioso, la popularidad, son los factores más peligrosos. El poeta que sucumbe a la tormenta de los aplausos debe pensar que los imbéciles, que forman la gran masa de los llamados entendidos, no se equivocan nunca: sólo aclaman lo inofensivo.
...
El humor es el elemento que provee a la poesía de su mayor virulencia. 
...
Latente o concreta, la subversión contenida en la poesía auténtica no ofrece dudas; pero la poesía no se reduce a un acto negativo puro: contemporáneamente a su acción provocadora afirma su fe en un mundo mejor que responda a la íntima realidad del hombre. 
...
En una época como la actual, en la que la poesía tiende a la domesticación por los más variados mecanismos en los más variados regímenes sociales, los poetas auténticos se encuentran siempre alertas, aunque estén reducidos a la soledad o compelidos por la fuerza y el terror. 
...Estamos próximos al momento en que la revolución en defensa del hombre se desarrollará en el plano de lo poético.

[Para contribuir a la confusión general, 1965].
La acción subversiva de la poesía (fragm.)


Hay una fuerza en el hombre, proveniente del simple hecho de vivir, que condiciona su destino de modo fatal. Esta fuerza se vuelve visible a cada momento a través de las manifestaciones del amor, que tiende a trascender del individuo en una comunión con el todo, tiene sus propias leyes irreductibles a los esquemas racionales. La poesía aparece como expresión de ese impulso hacia el cumplimiento de un destino vital, y la fatalidad de ese destino se revela en la poesía como un hecho indiscutible. La poesía no es, por consiguiente, un lujo o un divertimiento, sino una necesidad, del mismo modo que lo es el amor.
... Prescindir de la poesía equivaldría a renunciar a la vida.

Considerado así, lo poético no reside sólo en la palabra; es una manera de actuar, una manera de estar en el mundo y convivir con los seres y las cosas. El lenguaje poético en sus distintas formas (forma plástica, forma verbal, forma musical) no hace más que objetar de un modo comunicable, mediante los signos propios de cada lenguaje particular, esa fuerza expansiva de lo vital. Como consecuencia, el mundo poético está en todos, en la medida en que cada hombre es un ser integral. La clara consigna de Lautréamont, "La poesía debe ser hecha por todos", no tiene otro sentido. Aquel que ignora la poesía es un mutilado, tal como lo es aquel que ignora el amor.
 

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Abierto el camino de la libertad por la poesía, se establece automáticamente su acción subversiva. La poesía se convierte entonces en instrumento de lucha en pro de una condición humana en consonancia con las aspiraciones totales del hombre. Ceder a la exigencia de la poesía significa romper las ataduras creadas por el mundo cerrado de lo convencional.

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Esta función de ruptura no pasa inadvertida para quienes aspiran a una conviviencia basada en la sumisión. Tampoco pasa inadvertida la importancia, la verdadera necesidad de la poesía como factor de expresión vital. La solución contemporánea de estos dos problemas la logran los detentadores del poder domesticando a los poetas, volviéndolos inofensivos, para que ofrezcan un producto falsificado o desnaturalizado que con el título de poesía reciba los honores oficiales, las prebendas. Así se logra un alimento sustitutivo de la pasión poética, que puede designarse con el nombre de poesía "oficial" y que es la negación total de la poesía. Así se alcanza el ideal de los carceleros: lanzar a los poetas contra la poesía.
...
En el momento en que la poesía es colocada fuera de la ley aparece como consecuencia ineludible la figura del poeta repudiado: la poesía se vuelve maldita.

Uno de los medios indirectos de sumisión, en el que caen a menudo verdaderos poetas es el esteticismo. El arte por el arte significa siempre un arte sometido, que rehuye el peligro y busca el calor de los aplausos.

Pero esto no quiere decir que la acción subversiva de la poesía se realice mediante el tratamiento directo de los temas de subversión. No necesita por ejemplo, cantar a la libertad (palabra degradada por los falsarios de todos los colores) pues cantar a la libertad ha demostrado ser uno de los recursos de los propiciadores de la esclavitud. La libertad vive en la poesía misma, en su manera de expandirse sin trabas, en su poder explosivo.
 

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La acción subversiva se manifiesta al ofrecernos la poesía la imagen de un universo en metamorfosis en oposición al universo rígido que nos imponen las conversaciones. La imagen poética en todas sus formas actúa como desintegradora de ese mundo convencional, nos muestra su fragilidad y su artificio, lo sustituye por otro palpitante y viviente que responde al deseo del hombre.

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Pero indudablemente la poesía, al introducirnos en el misterio de lo real, nos descubre una vasta zona de peligro, una región inquietante y turbadora. Muchas veces lo poético toma la forma de un acto de violenta provocación y aparece como antipoético.
 
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Mediante lo antipoético, se retorna al punto cero, en contacto con la fuente originaria, con el fuego central.

En el proceso utilizado para domesticar a los poetas, el aplauso, el consenso elogioso, la popularidad, son los factores más peligrosos. El poeta que sucumbe a la tormenta de los aplausos debe pensar que los imbéciles, que forman la gran masa de los llamados entendidos, no se equivocan nunca: sólo aclaman lo inofensivo.
 

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El humor es el elemento que provee a la poesía de su mayor virulencia.
 

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Latente o concreta, la subversión contenida en la poesía auténtica no ofrece dudas; pero la poesía no se reduce a un acto negativo puro: contemporáneamente a su acción provocadora afirma su fe en un mundo mejor que responda a la íntima realidad del hombre.
 

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En una época como la actual, en la que la poesía tiende a la domesticación por los más variados mecanismos en los más variados regímenes sociales, los poetas auténticos se encuentran siempre alertas, aunque estén reducidos a la soledad o compelidos por la fuerza y el terror.
...Estamos próximos al momento en que la revolución en defensa del hombre se desarrollará en el plano de lo poético.

[Para contribuir a la confusión general, 1965].

 
Acțiunea subversivă a poeziei (fragm.)

Există o forță în om, provenită din simplul fapt de a trăi, ce condiționează destinul său în mod fatal. Această forță se face simțită în orice moment prin intermediul manifestărilor de dragoste, ce tinde să transceadă din individu aflat într-o vie relațiune cu totul, are legile sale ireductibile schemelor raționale. Poezia apare drept expresie a unui impuls îndreptat către un destin vital, iar fatalitatea acestui destin este revelată în poezie ca un fapt indiscutabil. În consecință, poezia nu e un lux sau un divertisment, ci o necesitate, așa cum este și dragostea.
 ...A abandona poezia ar însemna a renunța la viață.

Astfel interpretat,  poeticul nu se reduce doar la cuvânt, e o maneră de a acționa, o modalitatea de a fi pe lume și trăi împreună cu ființele și lucrurile. Limbajul poetic sub toate formele sale (forma plastică, forma verbală, forma muzicală) nu face altceva decât să obiecteze într-un mod comunicabil, prin intermediul semnelor proprii fiecărui limbaj luat în parte, această forță expansivă a vitalului. Drept consecință, lumea poetică se află în noi toți, în măsura în care fiecare om e o ființă integră. Consemnarea evidentă a lui Lautreamount, precum că ”Poezia trebuie să fie făcută de toți”, nu are alt sens. Acel ce ignoră poezia e un mutilat, așa cum este acel ce ignoră dragostea.

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Odată deschis drumul libertății de către poezie, în mod automat se stabilește acțiunea ei subversivă. Poezia se transformă atunci într-un instrument favorabil unei existențe umane aflată în consonanță cu aspirațiile totale ale omului. A ceda exigențelor impuse de poezie înseamnă a rupe legăturile create de lumea strâmtorată de elementul convențional.

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Acest moment de ruptură nu trece neobservat de acei care aspiră spre o coexistență bazată pe supunere. Cu atât mai mult nu trece neobservată importanța, adevărata necesitate a poeziei ca factor de expresiune vitală. Guvernanții de azi găsesc soluția acestor două probleme prin îmblânzirea poeților, făcându-i inofensivi, astfel ca aceștia la rândul lor să ofere un produs falsificat sau nenatural, astfel ca ei, datorită poeziei lor, să capete onoruri la nivel înalt, recompense. Așa se câștigă elementele susbtitutive pasiunii poetice, ce pot  fi catalogate drept poezie pentru ”oficialități” și care este o negare totală a poeziei. Astfel se atinge scopul temnicerilor: să provoace poeții contra poeziei.

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În momentul când poezia e scoasă în afara legii apare drept consecință reală figura poetului repudiat: poezia devine blestemată.

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O cale indirectă de supunere,  pe care sunt atrași deseori poeții adevărați este  estetismul. Artă pentru artă înseamnă pur și simplu o artă supusă, ce evită pericolul și caută căldura aplauzelor.
Asta însă nu presupune ca subversiva acțiune a poeziei să se realizeze prin intermediul exploatării directe a temelor subversiunii. Spre exemplu, nu e necesar să cânți libertatea (cuvânt degradat de către falsificatorii de toate culorile) în sensul pe care l-au demonstrat a fi de folos lor profitorii sclaviei. Libertatea în sine locuiește în poezie, prin  maniera sa de a se extinde fără opreliști, prin puterea sa explozivă.

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Acțiunea subversivă se manifestă prin faptul că poezia ne oferă o imagine a universului aflat în schimbare în opoziție universului rigid pe care ni-l impun ideile conservatoare. Imaginea poetică în toate formele sale acționează ca forță dezintegratoare a acestei lumi convenționale, ne arată fragilitatea și artificialitatea sa, înlocuiește o altă lume palpitantă și plină de viață ce trădează esența visului omului.

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În mod indubitabil,  însă, poezia, prin faptul de a ne transporta în misterul realului, ne descoperă o zonă vastă plină de pericole, o regiune înfricoșătoare și agitată. Deseori, poeticul ia forma unui act de provocare violentă și apare ca fiind antipoetic.
...Prin intermediul elementului antipoetic se revine la punctul inițial, ia contact cu izvorul originar, cu focul central.

În procesul utilizat pentru a îmblânzi poeții, aplauzele, consensul elogios, popularitatea, sunt factori dintre cei mai periculoși. Poetul ce cedează forței aplauzelor trebuie să gândească că imbecilii, care alcătuiesc în mare parte numărul celor ce se cred a fi versați în domeniu, nu greșesc niciodată: ovaționează ceea ce e inofensiv.

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Umorul e elementul ce furnizează poeziei cea mai mare virulență.

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Latentă sau concretă, subversiunea conținută în poezia autentică nu naște dubii; însă poezia nu se reduce la un pur act negativ: în spiritul contemporan al acțiunii sale provocatoare își afirmă încrederea sa într-o lume mai bună ce ar corespunde realității intime a omului.

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Într-o perioadă cum e cea actuală, în care poezia tinde spre supunere prin cele mi diverse mecanisme și în cele mai variate regimuri sociale, poeții autentici se simt în permanentă alertă, deși sunt nevoiți să trăiască în singurătate sau obligați prin forță și teroare.
...Suntem aproape de momentul în care revoluția în apărarea omului se dezvoltă în teritoriul  poeticului.

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