vineri, 6 iulie 2012

Anotimpuri/Estaciones/Estacions (trad. al catalán por Pere Bessó)


ANOTIMPURI

Întâi şi întâi aşteptăm primăvara,
ca apele ei, sunătoare sau line,
să curăţe tălpile neumblate
de vreo rădăcină.

Apoi aşteptăm să vină şi vara,
ca toţi laolaltă să ne pârjolim
pielea, cea de acum demodată,
în razele soarelui - anonim.

Pe toamnă o aşteptăm fiecare
cu vaga speranţă să revenim
în paradisul de altă dată,
acum - ţintirim.

Iarna ne vine pe neaşteptate
şi ne şopteşte, fără să ştie,
frânturi din poveştile neterminate,
auzite în copilărie.

Atunci când nimeni nu mai aşteaptă,
se adună din nou aici, aferim!,
toate anotimpurile, dar absolut toate,
însă... nu mai trăim. 

ESTACIONES


Primero esperamos a la primavera,
a sus aguas, sonajeras o calmas,
para que nos limpie las plantas 
de algunas raíces.

Luego esperamos  a nuestro verano,
para quemarle la piel anticuada
a toda la gente, una a una,
en los rayos del sol ocultado.

A nuestro otoño lo esperaremos
soñando en su cautiverio
sobre nuestro regreso al paraíso
que ahora parece un cementerio.

El invierno nos viene inesperado
y nos cuenta de nuevo, con sensatez,
partes de las narraciones
que sabemos desde la niñez.

Y cuando nadie se da cuenta,
se juntan de nuevo aquí, ¡qué gran suerte!,
todas las temporadas del mundo,
pero... ya se oye la voz de la muerte.

ESTACIONS

Al principi de tot esperem la primavera,
que les seues aigües, sorolloses o en silenci,
ens netegen les plantes dels peus sedentaris
d’alguna arrel.

En acabant esperem que arribe l’estiu,
que tots plegats ens abrusem
la pell, la d’ara passada de moda,
en els raigs del sol -anònim.

A la tardor l’esperem cadascú
amb la vaga esperança de tornar
al paradís d’un altre temps,
ara -cementeri.

L’hivern ens ve de sobte
i ens xiuxiueja, a cau d’orella,
fragments d’històries inacabades,
escoltades en la infantesa.

Aleshores, quan ja ningú no ho espera,
s’ajunten de bell nou ací, molt bé!,
totes les estacions, però absolutament totes,
tot i que... ja acabem de viure.

*Estimado Andrei: Un poema tuyo que echa raíces en el tema de las estaciones desde las líricas primitivas de tradición oral y anónima hasta el nacimiento de la lírica culta en el mundo pagano grecorromano, aunque en la misma Biblia también haya abundantes huellas. No hace falta que hagamos un largo recorrido, la propia música tiene sus referentes. Y por lo que atañe a los poetas, recordemos como cada uno de los grandes ha asociado el ciclo de la vida al paso de las estaciones a la vez que cada estación podía ser su preferida. Me agrada tu imagen de la muerte como un totum revolutum sumatorio de las cuatro estaciones, que a la vez planteas en cada una de las estrofas en el dominio de cada uno de los cuatro elementos: agua (primavera), fuego (verano), aire (otoño), tierra (invierno)…
Un abrazo.
Pere.

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