Despărțirea la porțile cerului se petrece mereu
într-o dimineață devreme, alături de un drum prelungit
de pașii mărunți ai unor copii dați dispăruți
peste marginea acelui traseu desfundat și dezgolit
până în vârfurile stâncilor, ce rânjesc și acum
cu dinții din față ieșiți dintr-o gură de lut,
spălați uneori de apele harnice ale pârâielor desperecheate,
pe unde plutești și tu cu o plută până în valea
cu plopi prăvăliți, dispăruți împreună cu urmele
acelor copii rămași să pășească desculț,
fără ca vreunul din ei să fi făcut ritualul despărțirii.
El ritual de la despedida
La despedida a las puertas del cielo se celebra a menudo
en una mañana temprano, al lado de un camino prolongado
por los pasos pequeñitos de unos niños dados como desaparecidos
más allá del borde de aquel trayecto descuidado y descarnado
hasta los picos de los acantilados, que hacen ahora mohines
con los caninos salidos fuera de una boca de barro,
lavados a veces por las aguas incansables de arroyos desparejados,
por donde flotas y tú en una balsa hasta el valle
de los álamos tumbados, desaparecidos junto con las huellas
de aquellos chiquillos que se quedaron a caminar sin calzado
y sin que ninguno de ellos hiciera el ritual de la despedida.
El ritual de comiat
La partença a les portes del cel té lloc sempre
La partença a les portes del cel té lloc sempre
de bon matí, a la vora d’un camí perllongat
per passos menuts d’uns infants donats per desapareguts
-més enllà del marge d’aquell trajecte malcurós i despullat
fins als pics de les altes roques, que somriuen ara
amb les dents de davant eixits cap a fora en una boca de fang,
llavats a voltes per les aigües inesgotables dels rierols dissemblants,
on flotes amb un rai fins a la vall
amb àlbers tombats, despareguts juntament amb les empremtes
dels xicotets que es quedaren caminant amb els peus nus,
sense que cap d’ells no haguera fet el ritual de comiat.
* Me encanta esa otra característica de tus poemas, cual es el toque misterioso. Es cierto que no hay una verdadera partida sin una despedida que con el tiempo pueda devenir en ritual. Y ocurre que en tal poema la atmósfera mágica se aviene con una adjetivación profusa e inquietante, de no pocas sacudidas al lector. En todo caso uno se queda preguntando si esos niños se quedaron, perdidos, descalzos o emprendieron un camino tortuoso. En todo caso, insisto, el lector no se sobrepone a la intriga de ese trayecto o ruta tan expresivamente marcado por un paisaje que contextualiza un ritual inacabado. Seguramente es un poema abierto a diferentes calas y posibles lecturas, pero todas ellas con el márchamo común de la conciencia de la levedad del ser frente a la profundidad de lo ignoto. Inmersos en una balsa de árboles caídos como huellas inescrutables e insoslayables del destino. Saludo, pues, con un destello de perplejidad el texto.
Pere Bessó
Yo, en esos "niños desparecidos" he querido ver los versos que no han podido ser escritos, los que caminaban por los sueños y que al despertar se fueron, sin despedirse ni dejar una ligera huella de su paso.
RăspundețiȘtergereEs mi particular lectura de tu poema, Andrei, y me ha gustado mucho el misterio que ciertamente tiene.
Siempre un placer, poeta
Ío
...has señalado una interesante metáfora en este poema,yo pensando en unos verdaderos niños del pueblo, "desaparecidos" con el paso del tiempo, llevando con ellos la querida niñez, sin poder sentir este sensible momento de nuestra corta vida... Me alegro verte por aquí y, si te apetece, me puedes mandar por e-mail algun poema tuya,lo que quieres,para traducirlo al rumano, porque yo no me atrevo hacerlo....
Ștergereun abrazo
Gracias, Andrei.
RăspundețiȘtergereYa te escribo...
Un abrazo para ti
Ío