sâmbătă, 31 decembrie 2011

Poema de Gellu Naum (trad. por Pere Bessó)

Bien sabida es la influencia francesa en el devenir lingüístico, cultural, artístico, literario y, sobre todo, poético de Rumanía. En la facultad estudiamos el Dadaísmo y Surrealismo en el capítulo de las vanguardias. Yo tuve la suerte de gozar las clases de Marie Guiffand, Jenaro Talens y Josep Francesc Ivars y pude saborear los poemas de Tristan Tzara junto a Breton, Éluard, Aragon, Char y el resto de compañeros. Sin embargo, han tenido que pasar casi cuarenta años para que la curiosidad y el estudio autodidacta del rumano me permitieran llegar a los poemas escritos por Tzara en su lengua y saber que André Breton llegó a afirmar que la capital de Europa estaba en Bucarest, dada la frenética actividad surrealista allí llevada a cabo por Gellu Naum y otros poetas y artistas plásticos rumanos: manifiestos, lecturas, perfomances, cabarets y vaudevilles, teatro del azar, agitación antiacadémica, exposiciones provocativas, todo tipo de publicaciones etc…    
He escogido este breve poema por su sentido de ironía tras el amago de humor que late en la oposición mundo de los niños/ mundo de los mayores o adultos. Crecimiento y mengua en el universo de la realidad que en su aceptación se repite: sola, sola, sola…


Gellu Naum
  
CRUSTA

Oraşul avea o singură casă
casa avea o singură încăpere
încăperea avea un singur perete
peretele avea un singur ceas
ceasul avea o singură limbă
în tot acest timp copiii
creşteau şi puneau o singură întrebare
pe când adulţii nedumeriţi şi superbi
scădeau scădeau surâzând

CROSTA

La ciutat tenia una sola casa
la casa tenia una sola cambra
la cambra tenia una sola paret
la paret tenia un sol rellotge
el rellotge tenia una sola llengua
en tot aquest temps els infants
creixien i feien una sola pregunta
quan els adults sense adonar-se’n i superbis
minvaven minvanven somrient

CORTEZA

La ciudad tenía una sola casa
la casa tenía una sola habitación
la habitación tenía una sola pared
la pared tenía un solo reloj
el reloj tenía una sola lengua
en todo este tiempo los niños
crecían y hacían una sola pregunta
cuando los adultos perplejos y soberbios
menguaban menguaban sonriendo


Gellu şi Lyggia Naum
Lyggia y Gellu Naum

Gellu Naum, poeta, dramaturgo, novelista, autor de libros para niños y traductor, nació en Bucarest (1915). En 1993, empezó a estudiar la carrera de filosofía en la Universidad de Bucarest. En 1938, partió para Francia, en donde continuó sus estudios, en la Universidad de París. Obtuvo el título de doctor en filosofía con una tesis acerca del filósofo escolástico Pierre Abelard. En 1936, publicó su primer libro y conoció al pintor Victor Brauner, quien le presentaría al pope surrealista André Breton y a su círculo de París. En 1941, contribuyó a la formación del grupo de surrealistas de Bucarest (que incluía a Gherasim Luca, Paul Păun, Dolfi Trost, y Virgil Teodorescu). Naum fue reclutado en el Ejército Rumano durante la segunda guerra mundial, sirviendo en el Frente Oriental. Marcado por las secuelas de la guerra, se licenció en 1944, tras una grave enfermedad. En diciembre de 1947, el grupo surrealista no pudo hacer frente a las vicisitudes causadas por la ocupación soviética de Rumania y su control político. A Naum se le prohibió publicar algún original, salvo los libros para niños, ya que el realismo socialista se había convertido en la política cultural oficial de Rumania. Entre 1950 y 1953, Naum enseñó filosofía en el Instituo Agronómico de Bucarest y tradujo obras de Samuel Beckett, René Char, Denis Diderot, Alejandro Dumas, Julien Gracq, Victor Hugo, Franz Kafka, Gérard de Nerval, Jacques Prévert, Stendhal y Jules Verne. Reanudó su carrera literaria en 1968, aprovechando la relativa liberalización cultural que trajo al principio el régimen de Nicolae Ceauşescu. Tras la caída del régimen de Ceaucescu en 1989, viajó al extranjero, dando lecturas en Francia, Alemania, Suiza y Holanda. En 1995, el Servicio Alemán de Intercambio Académico lo nombró erudito de la Universidad de Berlín. Naum pasó sus años finales en su lugar de retiro de Comana y fallecería el 2001. Estaba casado con la artista Ligia Naum, inspiración para el personaje principal de su novela de 1985, “Zenobia”.
Entre otros, obutuvo los siguientes galardones: Premio de la USR de Literatura Infantil (1958); Premio de la USR de Traducción (1968); Premio de la USR de Poesía (1975); Premio Especial de la USR a la Obra Completa (1986); Premio Nacional National de Poesía “Mihai Eminescu”, Botoşani (1992); Premio de Zaire a la Oiesía Extranjera, Kinshasa (1992); Premio de la Fundación Cultural Rumana por la Excelencia Creadora (1995); Premio “Mago de la Palabra”, Bucarest (1997); Premio Europeo de Poesía, Münster (1999); “Cavallero de la Literatura” (ASLA) (2002); Premio de la Academia de las Artes Americo-Rumana (2002)…
Su Obra: Drumeţul incendiar [El viajero incendiario], poemas, ilustrado por Victor Brauner), Bucarest, 1936; Vasco de Gama, (poemas, ilustrado por Jacques Hérold), Bucarest, 1940; Culoarul somnului, [El corredor del sueño], poemas, ilustrado por Victor Brauner), Bucarest, 1944; Medium (prosa), Bucarest, 1945; Critica mizeriei [La crítica de la miseria], manifiesto, co-escrito con Paul Păun y Virgil Teodorescu), Bucarest, 1945; Teribilul interzis [El terrible prohibido], drama, ilustrado por Paul Păun, Bucarest, 1945; Spectrul longevităţii: 122 de cadavre [El espectro de la longevidad: 122 cadáveres], drama, co-escrito con Virgil Teodorescu), Bucarest, 1946; Castelul Orbilor [El castillo de los ciegos], drama), Bucarest, 1946; L’infra-noir [Infra-negro], manifiesto, co-escrito con Gherasim Luca, Paul Păun, Virgil Teodorescu, y Dolfi Trost), Bucarest, 1947; Éloge de Malombra – Cerne de l’amour absolu (“Elogio de Malombra– El círculo negro del amor absoluto”; anifestó, co-escrito con Gherasim Luca, Paul Păun, y Dolfi Trost), Bucarest, 1947; Athanor (poemas), Bucarest, 1968; Poetizaţi, poetizaţi… (“Poetizad, Poetizad…”; prosa), Bucarest, 1970; Copacul-animal (“El árbol-animal”; poemas), Bucarest, 1971; Tatăl meu obosit [Mi padre cansado], poemas, Bucarest, 192; Poeme alese [Poemas seleccionados], poemas, Bucarest, 1974; Cărţile cu Apolodor [Los libros con Apolodoro], poemas para niños, Bucarest, 1975; Descrierea turnului [La descripción de la torre], poemas, Bucarest, 1975; Insula. Ceasornicăria Taus. Poate Eleonora [La isla. La relojería Taus. A lo mejor Eleonora], drama, Bucarest, 1979; Partea cealaltă ([El otro lado], poemas, Bucarest, 1980; Zenobia (novela), Bucarest, 1985; Malul albastru [“La orilla azul], prosa, Bucarest, 1990; Faţa şi suprafaţa, urmat de Malul albastru [Faz y superficie, seguido por la Orilla azul], poemas, Bucarest, 1994; Focul negru [El fuego negro]; poemas, Bucarest, 1995; Sora fântână [La fuente hermana], poemas, Bucarest, 1995; Întrebătorul [El preguntón], prosa), Bucarest, 1996; Copacul-animal, urmat de Avantajul vertebrelor [El árbol-animal, seguido por la Ventaja de las vértebras], Cluj-Napoca, 2000; Ascet la baraca de tir [Asceta en la barraca del campo de tiro]. Poemas), Bucarest, 2000.

vineri, 30 decembrie 2011

Pori/Poros/Porus (trad. al catalán por Pere Bessó*)

Pori

Despre pori mai nimic sau aproape nimic nu se spune,
însă utimile și cele mai importante victorii personale
sunt acele repurtate asupra propriilor pori, impunându-i
să mai elimine ceva din lumea interioară: reziduurile oarbe
ale umbrei barbare, reflecțiile sfâșiate ale râului interior
care urcă în cap, curge prin brațe, apoi se precipită spre picioare,
sucombând în simple secreții, scurse silențios prin glandele
sudoripare și sebacee în subsolurile adiacente ale sinelui…

Poros

Sobre los poros casi nada o nada se dice,
pero las últimas y las más importantes victorias personales
son aquellas conseguidas sobre los propios poros, obligándoles a
eliminar algo del mundo interior: los residuos ciegos
de la sombra bárbara, las reflexiones desgarradas del río interior
que suben a la cabeza, corren por los brazos, se precipitan hacia los pies,
acabando en simples secreciones, salidas desde las glándulas
sudoríparas y sebáceas en el subsuelo adyacente de sí…

Porus

Dels porus res no se’n diu o quasi res,
tot i que les darreres i més importants victòries personals
són aquelles reportades sobre els mateixos porus, imposant-los
eliminar quelcom del món interior: els residus cecs
de l’ombra bàrbara, les reflexions esquinçades del riu interior
que pugen al cap, corren pels braços, després es precipiten cap als peus,
sucumbint en simples secrecions, vessades en silenci per les glàndules
sudorípares i sebàcies al soterrani adjacent de sí mateix…

*
Querido Andrei: Magnífica reflexión poetizada. Es verdad que los poros son el canal por donde borramos las excrecencias del alma. No son sólo el catalizador de nuestro equilibrio corporal. También nuestro pensamiento necesita diariamente exudar para evitar el pudrimiento de nuestros sentidos, sentimientos, razón y deseos, incluso esa zona limítrofe de la locura doméstica y cotidiana que nos permite respirar.
Un abrazo.
Pere

joi, 29 decembrie 2011

Tres poemas en rumano (Gheorghe Grigurcu*, Lucian Blaga**, Grigore Vieru***) traducidos por Pere Bessó

*
Os envío un breve poema más que significativo de un poeta basarabiano al que le tocó vivir un tiempo histórico convulso derivado de las consecuencias de la II Guerra Mundial. Un poema en el que el tema del muro pasa de ser una referencia más o menos física y directa en el plano existencial al grado de abstracción esencial y metafísica. Un poema, pues, que se incardina en la búsqueda del territorio de la libertad de pensamiento. Su texto crítico Cómo me volví estalinista sitúa el contexto concreto en que buena parte de la intelectualidad europea vivió los primeros años de la llamada "guerra fría". Es en ese periodo en el que Grigurcu desarrollaría su intensa labor como crítico literario afinando y apostando por los nuevos valores de la literatura rumana de los 60 y los 70, a la vez que escribía incansablemente sus poemarios.
Gheorghe Grigurcu nació en Soroca, Basarabia (1936). Poeta y crítico literario. Licenciado en la facultad de Filología de la Univeridad din Cluj (1958) y Doctor en filología por la de Bucuresti (1975). Debutó como poeta en el diario Crisana (1952). Redactor de Familia con sus reconocidas crónica literarias. Colaborador de Steaua, Viata Romaneasca, Romania literara, Vatra, Tribuna etc. Publicó los siguientes poemarios: Un trandafir invata matematica (1968);Trei nori (1969); Raul incinerat (1971); Saluta viata (1972).  A los que siguieron los volúmenes de crítica literaria: Teritoriu liric (1972); Idei si forme critice (1973); Bacovia, un antisentimental (1974); Poeti romani de azi (1979); Critici romani de azi (1981); Intre critici (1983); Existenta poeziei (1986); De la Eminescu la Nicolae Labis (1989); Peisaj critic, I-II (1993-1997); A doua viata (1997); Cum am devenit stalinist. Pagini din perioada 1990-1996 (1997); E. Lovinescu intre continuatori si uzurpatori (1997); Imposibila neutralitate (1998); sin que la producción lírica siguiente decaiga en intensidad: inflorirea lucrurilor (1913); Apologii (1975); Rigoarea vazduhului (1978); Contemplatii (1984); Cotidiene (1986). Recibió el Premio de la Unión de Escritores en 1997.



Metamorfoză    
Construieşti un zid spre-a te apăra
dar se scurg atîtea zile-asemeni nopţilor şi-atîtea nopţi asemeni zilelor încît tu eşti nevoit să aperi zidul.

       
Metamorfosi
   
Basteixes un mur per a defensar-te
però s’escolen tants dies com nits i tantes nits com dies que necessites protegir el mur.
 
 
 

 
    Metamorfosis  
 
Construyes un muro para protegerte pero se escurren tantos días com sus noches y tantas noches con sus días que necesitas proteger el muro.


**
Un poema  de Lucian Blaga en el que se recoge el mito del dios Pan acompañado de su flauta de caña o siringa para hablar de la soledad y del paso del tiempo propios. En efecto el músico y el poeta -Pan y Lucian- se entrecruzan, como mito y realidad. Por otro lado, sólo incidir en que Blaga se nos muestra yaalejado de amores y contubernios de juventud, como el dios Pan refugiado en su gruta Coriciana, viejo ya entre salamandras y cardos y en alguna ocasión la visita de la ninfa Selene (la Luna en el poema de Blaga).
Hay un punto que necesariamente he de remarcar: Lucian Blaga da prestancia en su poema a los humildes cardos o cardones. Sin duda, Pan, protector de los pastores, conocería las bondades culinarias o medicinales de esa humilde y poco agraciada planta siliba. Nuestro gran poeta nacional, Ausiàs March, fue uno de los pocos poetas medievales que no sólo supo de la importancia del cardo para la elaboración de quesos y cuajadas sino que llegó a colocar el cardo en relación a la amada, aunque sólo fuera para destacarla sobre ellos: llir entre cards...
 

Pan cântă
 
Sunt singur şi sunt plin de scai.
Am stăpânit cândva un cer de stele
şi lumilor
eu le cântam din nai.
Nimicul îşi încoardă struna.
Azi nu străbate-n grota mea
nici un străin,
doar salamandrele pestrite vin
şi câteodată:
Luna.

Pan canta
 
Estic sol i ple cards.
En altre temps regnava en un cel d'estels 
i de mons
que cantava amb la siringa
Res no tensa ja la corda.
Hui no entra cap estrany
en la meua gruta,
només venen les bigarrades salamandres
i de temps en temps:
la Lluna.

  

Pan canta
 
Estoy solo y lleno de cardos.
Antaño poseí un cielo de estrellas
y de universos
que cantaba acompañado de la siringa.
 
Nada tensa ya la cuerda.
Hoy no entra ningún extraño
en mi cueva.
Sólo las abigarradas salamandras vienen
y en alguna ocasión:
la Luna.

***
Otro poema de Grigore Vieru que muestra la versatilidad de temas, formas y metros junto al conocimiento profundo el sentido de la lírica. Desde la poesía medieval la idea de pobreza viene asociada al rocío mañanero o la escarcha del alba con la que el hombre sin recursos ni apenas ropaje se enfrenta. Sin embargo, la sorpresa del poema radica justamente en la anécdota de la metáfora desde el propio título: el poeta sería pobre en cualquier país que ha conocido, sin embargo es rico en el conocimiento y la sabiduría que le otorga la “biblioteca de rocío” y le permite la aceptación de la muerte en esa propia lectura del espejo que le otorga la Naturaleza.
Un abrazo.
Pere Rosa roja
 
Grigore Vieru

Biblioteca de roua
 
Frate,
am vazut tari bogate
în care-as fi ramas
la fel de sarac.

Frate,
e plina lumea de punti
pe care trebuie sa le treci
înfratindu-te cu dracul.

Frate,
eu pot muri oricând,
dar nu si oriunde.
Eu nu pot muri
decât cu chipul rasfrânt
„în acest geniu al ierbii
care e roua“.

 Biblioteca de rosada

Germà,
he vist païssos ben rics
en què hauria romàs
igual de pobre.

Germà,
el món és ple de ponts
que has de travessar
confraternitzant amb el dimoni.

Germà,
jo puc morir en qualsevol moment,
però no en qualsevol lloc.
Jo no puc morir
més que amb el rostre reflectint-se
"en aquest geni de l'herba
que és la rosada".


Biblioteca de rocío

Hermano,
he visto ricos países
en donde habría seguido
igual de pobre.

Hermano,
el mundo está lleno de puentes
que debes cruzar
confraternizando con el diablo.

Hermano,
puedo morir en cualquier momento,
pero no en cualquier lugar.
No puedo morir
sino con el rostro reflejándose
«en este genio de la hierba
que es el rocío».

marți, 27 decembrie 2011

Pași prin pădure/Pasos por el bosque/Passos pel bosc (trad. al catalán por Pere Bessó*)

 














Pași prin pădure

Zici că nimeni nu a mai rămas pe aici,
că toți au plecat în pădure prin tunelurile mici
săpate printre copaci de vântul arhaic sau de altă
lighioană, agățându-se de ramuri, pășind pe tulpini
sau țupăind rapid pe rădăcinile ieșite la suprafață
spre o destinație aproape corectă din pădurea pătrunsă
de nenumărate poteci bifurcate, nervuri proiectate
pe frunzele ce cad rând pe rând și scriu pe văzduh
unele și aceleași cuvinte, descifrabile sau indescifrabile,
pe care pădurea le-a pus laolaltă sub picioarele tale
ce odihnesc din mers la atingerea ușoară a vegetației.


Pasos por el bosque

Dices que nadie más se ha quedado por aquí,
que todos se han ido al bosque por los pequeños túneles
excavados entre los árboles por el viento arcaico o por otro
bicho enganchándose entre las ramas, pisando sobre los troncos
o pasando rápido por las raíces salidas a la superficie
para indicar una dirección casi correcta en este bosque plagado
de innumerables senderos bifurcados, nervaduras proyectadas
encima de las hojas, caen una a una y escribien por el aire
las mismas palabras, descifrables o indescifrables,
que el bosque ha dejado amontonadas debajo de tus pies
que descansan en el camino con el toque fino de la vegetación.


Passos pel bosc

Es diu que ningú ja no ha romàs ací,
que tots se n’anaren al bosc per petits túnels
oberts entre els arbres pel vent arcaic o una altra
bestiola penjant-se de les branques, passant pels troncs
o botant ràpidament pels arrels eixits a la superfície
cap a la destinació quasi correcta del bosc creuat
per inombrables senderes bifurcades, nervadures projectades
en les fulles, caient una darrere l’altra i escrivint en l’aire  
les úniques i mateixes paraules, desxifrades o no,
que el bosc ha ajuntat davall dels peus
que descansen de la marxa amb la carícia suau de la vegetació.

*
Querido Andrei: En primer lugar, decirte que esta foto la encontré en la red y ha sido colgada por un viajeroandaluz (sic) tras su segundo viaje a Rumanía, aunque el lugar no se especifique. Un bosque húmedo que incluye su senda. He creído que bien podía ser soporte de tu poema que tiene su encanto: la vuelta a la Naturaleza. Me encanta la idea de ensamblar la caída de las hojas a la caída de las palabras. Y es que la comunicación en el bosque no las necesita. Es otra clase de comunión.
Un abrazo.
Pere.

Poem de Manuel M. Barcia


În drum spre lumină

Ceea ce visez nu se află în arheologia ta,
ci în inima mea,
în pulsațiile ei,
plenitudinea vagă a memoriei
de pe când eu eram vânt
iar tu leagănul unui râu necesar
ce răsarea printre lacrimi,
-atât de deschisă-
exprimată prin căldură.

Fost-am o îmbinare de apă și aer
cu vârtejul nud al umbrei,

în drum spre lumină.

CAMINO HACIA LA LUZ

No está en tu arquelogía lo que sueño,
sino en mi corazón,
en su latir,
la incierta plenitud de la memoria
cuando yo era el viento
y tú cauce de un río inevitable
que amanece en el llanto,
-tan abierta-
resumida en calor.

Y fuimos conjunción del aire y el agua
y el vértigo desnudo de la sombra,

camino hacia la luz.


luni, 26 decembrie 2011

INCOMPLET/INCOMPLETO de Concha González Nieto (trad. al rumano)



INCOMPLET

De mică m-am deprins să mă plimb
pe cărări părăsite,
uneori cu o carte în mâini,
alteori alături de moarte.

Obișnuisem să înjumătățesc noaptea
și să trăiesc după perdeluțe,
sau în sunetele sentențioase
ale clopotelor de la biserică.

Noapte după noapte
mi se amestecau ochii cu apă
și picioarele-mi se urcau prin copaci,
în căutarea vreunei note, a unui acord,
a unei lumi unde să mă pot refugia.

Mai mult în glumă mă cățăram pe acoperișuri
și, cu gluga mea albă,
puneam cap la cap trenuri iluminate ce fluierau
sub un cer de promoroacă.
Aprindeam, mai apoi, lumânări pe care le ascundeam
pe sub plapume
pentru a citi morților în timp ce ascultam
gălăgia din stradă.

Strigătele vreunui bețiv blestemând,
clinchetul cheilor din alte vremuri,
plescăitul vesel al apei curgătoare pe drum,
râsetul vreunei fete îndrăgostite,
muzica, săruturile,
pașii grăbiți, muzica,
săruturile, tăcerea,
atingerea gingașă a pielii, săruturile.

De mică mă deprinsesem
cu durerea și cu resemnarea,
cu plimbările lungi, fără nimeni alături,
spre a căuta în mintea-mi nebunia,
muțenia, mahna din hăul cuvântului.

Făcut-am să sângereze un pian și am rugat,
fără succes, să vină un zeu de metal.
Prietena mea cea ma bună era o prostituată
care a vrut, deasemenea fără succes,
ca o burtă abominabilă
să mă acopere cu aur.

Aurul meu, însă, erau minutele
pe care le petreceam singură, aurul meu
erau orele ce dansau
în interiorul unei colivii, aurul meu
erau acele mici veverițe
din fața grădinilor chinezești.

Există o liniște ce mă așteaptă
după ce nu voi mai fi copila
care a crescut fără haine.

Au venit orele de pe urmă.
Deschid sertarul cu flăcări
Locatarul doarme în ungherul său,
ignoră rana lăsată în ceafa-mi,
ignoră asasinatul înfiorător
pe care l-a comis.

Au venit orele de pe urmă.
Vizitatorul a sosit de la nord,
iar în loc de pantofi are în picioare
două amfore de fier.
Poartă un ceas de hărtie pe mână
și promisiuni zaharisite
din care se înfruptă furnicile.

Mă îmbrâncește
tocmai până în locul unde dispar
sunetele, mă împinge, fără zgomot,
precum un elefant în căutarea
potecii spre propriul cimitir.

Iată, așadar, că de mică
m-am obișnuit să mă plimb
pe potecile părăsite, uneori cu o carte,
alteori alături de moarte,
cu un mers discret,
ca acel om care mângâie filele unei cărți
neterminate.

Ar fi difícil de revenit la acea stare
febrilă, la acea senzație inexplicabilă
de plinătate în a săruta paginile unei cărți
în formă de funie.

Țin geamurile închise
și urmăresc razele ce se varsă pe masă,
praful ce-l face această dezordine
pe raftul unde moare
și-mi locuiește viața.

Mâinele-mi se învinețesc.
Se apropie una de alta.
Nu există palat cu lumina aprinsă din nou.

În alt colț ard cuvinte,
frunze, ghipsuri, stilouri
care iată că nu mai au cerneală, almanahuri,
fotografii. Distrug numele meu și pe al tău.
Îl elimin pe poate că și pe de ce.
Inutilele promisiuni uzuale,
congelez frazele.

Orele și neliniștea cântă
precum păsările prichindele.

Am perdelele trase
și ridic un pocal de vin,
timp în care fumez tutun de vanilie
și toastez pentru voi.

Pentru prietenii efemerilor
și pentru acei care au îmbobocit
pe când focul încă ardea.
Pentru acel care mi-a supt timpul
pe când mă omora.
Pentru acel a cărui cuvinte de sare
m-au împiedicat să cred în nimic.
Pentru poetul mult prea beat de amor
spre a rescrie, pe o pagină nouă,
o nouă istorie.
Pentru acel care mă tăinuiește în zori.

Pentru acel care nu a știut să treacă peste limite
și a rămas de partea cealaltă a palatului lunilor.

Vizitatorul și locatarul
dorm acum împreună într-un pat comun,
își lasă cizmele, se întind,
beau din aceeași butelie,
îmi privesc poza și îmi smulg buzele.

Umbra-mi și eu stăm astăzi împreună,
sărbătorind pe o plajă frumoasă
cenușa ce plutește în aer și-și schimbă
culoarea din gri în verde pal, din verde pal
în purpuriu în timp ce corpul meu se afundă
totalmente în mare.

De mult timp, iată că, nu suflă vântul,
fiindcă am uitat să deschid ușa.

INCOMPLETO

Desde niña me acostumbré a pasear
por calles solitarias,
a veces con un libro en las manos,
otras con la muerte.

Me acostumbré a doblar en dos la noche
y a vivir detrás de los visillos,
o en el sonido absolutorio
de las campanas de la iglesia.

Noche a noche mis ojos
se mezclaban con el agua
y mis pies subían a los árboles,
en busca de una nota, un acorde,
un mundo donde poder refugiarme.

Casi por diversión trepaba a los tejados
y con mi gorro blanco,
ordenaba  iluminados trenes que silbaban
bajo un cielo de escarcha.

Después, encendía velas que ocultaba
debajo de las sábanas
para leer a los muertos mientras oía
los ruidos de la calle.

Los gritos de algún borracho maldiciendo,
el tiempo de las llaves felices,
la marcha alegre del agua calle abajo,
la risa de alguna muchacha enamorada,
la música, los besos,
los pasos apresurados, la música,
los besos, el silencio,
el roce de la piel, los besos.

Desde niña me acostumbré
al dolor y a la renuncia,
a los largos paseos sin nadie,
a buscar en mi mente la locura,
la mudez, el luto en la palabra.

Hice brotar sangre de un piano y recé,
sin éxito, a un dios de hierro.
Mi mejor amiga era una prostituta
que quiso, también sin éxito,
que un vientre abominable,
me cubriese de oro.

Pero mi oro eran los minutos,
que pasaba sola, mi oro,
eran las horas que bailaba
en el interior de una jaula, mi oro,
eran aquellas pequeñas ardillas,
frente a los jardines chinos.

Hay un silencio que me espera
después de ser la niña
que creció desnuda.

Han llegado las horas finales.
Abro el cajón de las llamas.
El habitante duerme en su esquina,
ignora el daño que ha dejado en mi nuca,
ignora el horroroso asesinato
que ha cometido.

Han llegado las horas finales.
El visitante ha llegado del norte,
y en lugar de zapatos, lleva en sus pies,
dos ánforas de hierro.
Lleva un reloj de papel en la muñeca
y promesas de azúcar
que se comen las hormigas.

Me arrastra,
hasta ese lugar donde desaparecen
los oídos, me arrastra, sin estridencias,
como un elefante buscando
la ruta de su propio cementerio.

Pero ya desde niña,
me acostumbré a pasear
por calles solitarias, a veces con un libro,
a veces con la muerte,
discretamente,
como quien acaricia las hojas de un libro
incompleto.

Y será difícil volver a ese estado
febril, a aquella inexplicable sensación
de plenitud de besar las hojas de un libro  
con forma de soga.

Tengo las ventanas cerradas
y miro la luz que se derrama en la mesa,
el barro que forma este desorden,
en las estanterías donde muere
y vive mi vida.

Mis manos se alejan del rojo.
Mis manos se cierran.
No hay palacio que se encienda de nuevo.

En la otra esquina quemo palabras,
hojas, alabastros, plumas
que ya no tienen tinta, almanaques,
fotos. Destruyo tu nombre y el mío.
Elimino el quizá y el por qué.
Las inútiles promesas de siempre,
congelo las frases.

Las horas y el desasosiego cantan
como pájaros pequeños.

Tengo las cortinas cerradas
y levanto una copa de vino
mientras fumo tabaco de vainilla
y brindo por vosotros.

Por los amigos de efímeros
y por aquéllos que florecieron
mientras hubo fuego.
Por el que se bebió mi tiempo
mientras me mataba.
Por el que con palabras de sal
me impidió creer en nada.
Por el poeta demasiado borracho de amor
para reescribir, en una nueva hoja,
una nueva historia,
Por aquél que me oculta al amanecer.
Por aquél que no supo traspasar los límites
y se quedó al otro lado del palacio de las lunas.

Ahora el visitante y el habitante
duermen juntos en la misma cama,
se quitan las botas, se estiran,
beben de la misma botella,
miran mi retrato y me arrancan los labios.

Hoy mi sombra y yo estamos juntas,
celebrando en una hermosa playa,
las cenizas que vuelan y cambian,
del gris al verde pálido, del verde pálido
al púrpura mientras se ahoga en el mar
todo mi cuerpo.

Hace ya tanto tiempo que el viento no sopla,
que se me ha olvidado abrir la puerta.