Sfântul Ilie
Aleargă pe cer, tună și fulgeră. Sfântul Ilie
lovește cu biciul de foc în dracii cei negri
care se ascund în pământ, prin pomi, în burțile gravidelor...
Căruțașul Raiului e ciung și orb. Maica Precista
l-a potolit, ca să nu bată în stânga și-n dreapta,
dar Sfântul lovește în draci cu biciul ținut în mâna stângă.San Elías
Corre por el cielo, provocando relámpagos y rayos. San Elías
da latigazos con el látigo de fuego a los demonios negros
que se esconden dentro de la tierra, en árboles, en las panzas
de las embarazadas…
El carrero del Paraíso es manco y ciego. La Madre Piadosa
la ha debilitado, para que no castigue sin distinción,
pero El Santo da latigazos a los demonios con el látigo cogido
con la mano izquierda.
Sant Elies
Corre pel cel, llamps i llampecs. Sant Elies
Tu poema me recuerda a esa biserica ortodoxa cuya fachada estaba cargada de referencias deliciosas al Antiguo y Nuevo Testamento. Tan abundantes y deliciosoas en el paisaje a lo largo y ancho de las ciudades y aldeas rumanas. Desde luego, la referencia al profeta Elías y el carro de fuego és explícita. Y como todo profeta menor, justiciero. Y, como contrapunto, la Piadosa, la madre de Dios Cristo, apaciguando los ánimos. Tiene su gracia la cristinización del Júpiter-Zeus, el padre de los dioses grecorromanos, el dios tonante, representado con un trueno en su mano. Acá es un látigo, pero sigue el carro con el que Apolo daba sus giras por la tierra. Tu poema -ya con la ironia inicial de leyenda- me ha gustado de veras, no sé si tanto a las embarazadas o grávidas, o empreñadas...
Y esos diabluelos escondiéndose tras de los árboles me trae una imagen precisa. Pero te diré: esos son femninos que me lo sé.
Y, como siempre tu humor con su pizca de mala leche, jo, que ya me dirás qué destrozo: un San Elías, manco y ciego, menos mal que tenía carro, porque si llega a estar cojo...
Un abrazo, Pere
Sant Elies
Corre pel cel, llamps i llampecs. Sant Elies
assota amb el fuet de foc els dimonis negres
que s'amaguen en terra, als arbres, al ventre de les gràvides...
El carreter del Paradís és manco i orb. La Mare Piadosa
l'ha calmat, que no bata a tort i a dret,
però el sant escarneix els diables amb el fuet agafat de la mà esquerra.
Tu poema me recuerda a esa biserica ortodoxa cuya fachada estaba cargada de referencias deliciosas al Antiguo y Nuevo Testamento. Tan abundantes y deliciosoas en el paisaje a lo largo y ancho de las ciudades y aldeas rumanas. Desde luego, la referencia al profeta Elías y el carro de fuego és explícita. Y como todo profeta menor, justiciero. Y, como contrapunto, la Piadosa, la madre de Dios Cristo, apaciguando los ánimos. Tiene su gracia la cristinización del Júpiter-Zeus, el padre de los dioses grecorromanos, el dios tonante, representado con un trueno en su mano. Acá es un látigo, pero sigue el carro con el que Apolo daba sus giras por la tierra. Tu poema -ya con la ironia inicial de leyenda- me ha gustado de veras, no sé si tanto a las embarazadas o grávidas, o empreñadas...
Y esos diabluelos escondiéndose tras de los árboles me trae una imagen precisa. Pero te diré: esos son femninos que me lo sé.
Y, como siempre tu humor con su pizca de mala leche, jo, que ya me dirás qué destrozo: un San Elías, manco y ciego, menos mal que tenía carro, porque si llega a estar cojo...
Un abrazo, Pere
San Elías (leyenda bíblica)
RăspundețiȘtergereEl golpe a diestra y siniestra, pervive en las capas de la sociedad que castigan sin piedad, con saña y por igual tanto uno como otro bando. Flagelo del hombre... la religión y la política cuando están en manos de desalmados.
Hola. Pronto voy a traduccir este poema al español, aunque el texto en sí no es más que un intento de reproducir líricamente una leyenda bíblica ya conocida (para mi San Elías es un heroe necesario que se enfrenta con mundo cruel y sin fe...)
RăspundețiȘtergerees grato verte aquí,
andrei