duminică, 29 iulie 2012

Să scrii poeme/Escribir poemas/ESCRIURE POEMES (trad. al catalán por Pere Bessó*)


SĂ SCRII POEME

Să scrii poeme placide,
să sudezi tăcerea sintagmelor
şi să le sufli aerul ars din plămâni.

Să porţi noaptea o casă în spate,
să spargi sticle pântecoase
şi să vrei să eliberezi golul de acolo.

Să aprinzi o lumânare eterică,
să-ţi frigi vârfurile invizibile ale degetelor
şi să strigi la îngerul păzitor.

Să-ţi repugne somnul prea lung,
să scrii poeme pe un geam asudat
iar ele să înceapă să se prelingă.

ESCRIBIR POEMAS

Escribir poemas apacibles,
soldar el silencio de las  palabras abrasadoras
y soplarle el aire de los pulmones.

Llevar cada noche una casa en la espalda,
partir las botellas barrigonas
y querer liberar el vacío de dentro.

Prender una vela etérea,
quemarte las yemas invisibles de los dedos
y llamar al ángel protector.

Rechazar el sueño demasiado largo
escribir poemas sobre una ventana transpirada
y que empiecen a gotear.
 
ESCRIURE POEMES

Escriure poemes plàcids,
soldar el silenci dels sintagmes
i bufar-los l’aire ardent dels pulmons.

Portar de nits una casa a l’esquena,
trencar ampolles ventrudes
i voler alliberar-ne el buit. 

Calar una vela etèria,
cremar-te els capcirons invisibles dels dits
i cridar l’àngel de la guarda. 

Repugnar-te el somni massa llarg,
escriure poemes en una finestra exsudada
i que comencen a gotejar.

*Querido Andrei: No hay poeta verdadero que no haya reflexionado alguna vez sobre el acto de la escritura. De una u otra forma. Los hay que escriben metapoemas. Los hay que escriben tupidos ensayos. O notas aclaratorias a pie de página, apostillas, incluso prólogos justificativos. Tú prefieres, sin embargo, mantener el tono y sustrato lírico, aunque no falte cierto descriptivismo simbólico, como la fusión o soldadura de los sintagmas o el soplo vital del poeta, a imagen del creador primero. En este sentido, ilustran las analogías del poeta-caracol, llevando su casa-concha a cuestas o el poeta-buscador, rompiendo la botella para liberar su mensaje, que no es sino el contrapunto de la plenitud, su vacío. En ese ámbito de las analogías, recuperas el poeta que escribe a la luz de la vela o candela y que es capaz de apagarla con la yema –punta, dices- de los dedos. Y la imagen preciosa de quien escribe el poema en el vaho de la ventana húmeda y, en consecuencia, éste se deslíe y gotea. En definitiva, el poeta del insomnio junto a su ángel de la guarda. Excelente. Nunca perdamos el niño que nos fructifica. 

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