CĂRĂRUIE
Stinge lumina, pleacă din casă
departe de pământul apăsat de poveri.
Uită pâinea pe masă, o pradă ușoară
pentru șobolanii ieșiți de prin găuri.
Grădină năpădită de bălării,
de broaște râioase și șerpi veninoși.
Șopron cu miros stătut, vaci și ovine întinse
printre ierburile carnivore de prin pășuni.
Urme arhaice de mușchi ce urcă pe pereți,
pietre sparte de vânt, cu sufletul fărâmițat.
Linie ruptă a gardului, drum ajuns cărăruie
pe unde vulpile vlăguite mișună.
SENDERO
Apaga la luz, sal de tu casa
lejos de la tierra cargada de pesadez.
Olvida el pan sobre la mesa, un botín fácil
para las ratas salidas de sus agujeros.
Jardín lleno de mala hierba,
de ranas saltarinas y de serpientes venenosas.
Establo de olor añejo, vacas y ovejas tendidas
en las hierbas carnívoras de las praderas.
Rastros arcaicos de muslos que suben por los muros,
piedras dañadas por el viento, con el alma a pedazos.
Línea rota de la valla, camino que se hace sendero
por donde los zorros abatidos rebosan.
SENDERA
Apaga la llum, ves-te’n de casa
lluny de la terra aixafada per càrregues pesades.
Oblida el pa a taula, una presa fàcil
per als rats eixits de les seues ratolineres.
Jardí envaït de malesa,
de granotes ronyoses i serpents verinoses.
Rafal d'olor a tancat, vaques i ovelles esteses
en herbes carnívores de les praderies.
Traces arcaiques de molsa pugen pels murs,
pedres despartides pel vent, amb l’ànima esmicolada.
Línia rompuda del marge, camí que es fa sendera
on les raboses esgotades abunden.
*Querido Andrei: De nuevo nos enfrentamos a la traducción al catalán de un poema que se enmarca en la serie de textos descriptivos de paisajes. En este caso cabría señalar que la presencia humana se sugiere, pero es mínima, a través de la función conativa (he ahí el papel de los imperativos de segunda persona en los primeros versos), o de la referencia a la mesa donde quedan los restos de pan. Un paisaje doméstico cuyo camino a la casa será desandado para acabar en la senda que lleva al lugar de las rabosas. He acá el contraste entre el mundo controlado, casa, prado y animales dóciles y los senderos en donde sobreviven animales en estado salvaje, las vulpejas. Si los poemas paisajísticos de Andrei Langa gozan siempre de un simbolismo y subjetividad claros (‘paisajismo sentimental’) éste no deja de ser, pese a todo, un texto con su pintura de caracteres y próximo al clasicismo de lo pintoresco en el ámbito de su personal predisposición de Bestiario.
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